En el caso de las Instituciones Públicas en las que he laborado, estas no se han caracterizado principalmente por su modernidad en las instalaciones físicas ni sus equipos de última tecnología. Esto, sumado a que muchas veces dependiendo del gobierno de turno, la cantidad de empleados públicos crece, hace imposible que el espacio físico y los medios de trabajo sean los idóneos que garanticen un ambiente que ayude a crear una sensación de bienestar (para la motivación y creatividad) durante la jornada laboral.
La ergonomía física y organizacional es muy importante porque es lo que propicia la productividad de una persona, por ejemplo, las malas condiciones de luz, la altura y forma de la silla en la que pasa casi todo el día, la temperatura, el ruido, los espacios reducidos, el horario de refrigerio, etc. son factores que al mediano plazo van a repercutir en los objetivos de la organización, sea por ausencias por enfermedades, problemas fisiológicos, stress o por deterioro de las relaciones laborales entre los colaboradores, quienes tienen que cuidar que no se les reduzca mas el poco espacio con el que cuentan.
En el caso del empleado público, este es posible que transfiera ese descontento a la atención del ciudadano o simplemente no brinde el servicio al 100% de sus capacidades al no sentirse valorado por la organización o sentir que la organización no le brinda los medios necesarios para dar un servicio de calidad. En otros casos, podría interiorizar el problema y descargarlo con su familia, lo que produciría otro tipo de problemas que de todos modos repercutirán en su productividad.
Blog de Carlos E. Pérez Quezada 
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