Las universidades hablan de lo importante que es lograr la especialización de sus docentes y profesionales. Muchas apuestan por alianzas o programas que beneficien a su comunidad universitaria con estudios de postgrado o estancias de investigación en el exterior. Sin embargo, ¿qué sucede cuando estos profesionales retornan al país, a sus universidades y no encuentran las posibilidades de desarrollo esperadas…?
Al respecto nuestra amiga y colaboradora Sheyla Salazar Fernandez de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, nos comenta en el siguiente post.
En otra ocasión, un docente obtuvo una beca Alban para estudiar su doctorado en Europa, recuerdo que me dijo: «pero yo quiero volver a enseñar en la universidad», al tiempo constató que su plaza ya estaba ocupada en la facultad. Muchos profesionales retornan, al menos inicialmente, y otros desde lejos, ya adivinan su suerte y prefieren continuar en el exterior. Si fueron para una maestría, continúan un doctorado, si fueron a una investigación, consiguen prácticas en un laboratorio, y pronto algún docente los apoya y van entrando al mundo laboral, ya sea en la misma universidad o alguna entidad fuera. Otros simplemente deciden hacer una vida fuera, trabajar y pensar que estarían peor en el país. Y probablemente así seria. ¿Quiénes ganan? Los mismos países desarrollados que los llevaron a especializarse, u algún otro país avanzado, donde sienten que pueden desarrollarse como profesionales, como personas.
Esa es la realidad, nosotros los países en vías de desarrollo, lo vivimos diariamente, la pregunta es debemos seguir preguntándonos ¿Por qué se da la fuga de talentos?.
¿El sueño se acaba cuando retornan a sus países de origen?¿ la experiencia que los ha hecho crecer como profesionales y como personas es poco o nada valorada?. La realidad parece indicar que efectivamente así es. Desde hace años el problema de la fuga de cerebros o talentos viene siendo un álgido problema de los países en vías de desarrollo que se quedan sin científicos y especialistas, ya que muchos de éstos sienten que son poco apreciados como profesionales.
Para revertir esta situación, países como Argentina, Colombia o México, vienen desarrollando programas destinados a mantener o recapturar a los mejores profesionales dentro de sus países. En Colombia, el Gobierno ofreció otorgarles créditos para vivienda. Argentina creó el programa raíces para incentivar a los profesionales especializados en el exterior a retornar el país. En México, se creó la red de talentos mexicanos en el sector de alta tecnología de EU, para fortalecer la industria en su país. Con ello buscan que aunque no regresen físicamente, muchos de sus proyectos puedan desarrollarse en su país de origen.
Y así cada país o institución educativa viene trabajando programas para retener o recapturar a especialistas con formación internacional. En Perú, algunas de las iniciativas más efectivas son las realizadas por las universidades privadas, ya que dentro de sus mecanismos contemplan el apoyar a sus docentes a especializarse en el exterior, previo compromiso de retornar por el doble de la cantidad de años llevados fuera. Esta medida, tan simple, asegura primero que el docente estudie tranquilo, sabiendo que a su retorno tendrá un trabajo que lo espera y que podrá compartir los conocimientos adquiridos, y segundo asegura a la universidad que esta invirtiendo en algo que elevará la calidad de sus académicos y por tanto de la propia institución.
Sin embargo, este mismo sistema no es tan fácil de aplicar en las universidades nacionales, si consideramos que un gran número de sus profesionales son contratados, y por tanto no tienen filiación directa con la universidad. Cuántas veces hemos escuchado decir: ese profesor era excelente pero ahora sólo enseña en «tal» universidad privada. Pero no sólo las instituciones de educación superior son las grandes captores de estos profesionales, también están las empresas privadas.
Recuerdo a uno de los becarios que retornó de España, emocionado porque había aprendido el manejo de unas maquinarias especializadas, que acá solo había en una reconocida institución del Estado. Cuál seria su decepción, cuando constató que el responsable local de ese equipo no le dejaba ni acercarse a ella. Aunque reconocían sus estudios fuera, le indicaban que aún era muy joven para hacerse cargo de él. Al poco tiempo emigró a una entidad privada.
Fuente: http://movilidad.universiablogs.net/movilidad-o-fuga-de-talentos#more-214
Autor: Rocy Vásquez
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